EL INSTRUMENTO DE MUÑECA DEFINITIVO PARA PILOTOS
EL PRIMER NAVITIMER «NEGRO INTEGRAL»
En 1952, la prestigiosa Asociación de Propietarios y Pilotos de Aeronaves de EE. UU. (Aircraft Owners and Pilots Association, AOPA) se puso en contacto con Willy Breitling pidiéndole un nuevo cronógrafo para sus socios. El relojero se decidió por desarrollar un innovador instrumento de pulsera con el que los pilotos pudieran efectuar todos los cálculos precisos durante el vuelo, tales como velocidad media, distancia recorrida, consumo de combustible, velocidad de ascenso y descenso y conversión de millas a kilómetros o millas náuticas.
Eran cálculos que, en aquella época, se hacían mediante la regla deslizante logarítmica. Por ello, Willy Breitling adaptó a los usos aeronáuticos la regla de cálculo logarítmica original del Chronomat de la década anterior, integrándola en un bisel rotatorio rodeado por pequeñas bolas que facilitaban su manipulación.
La caja quedó diseñada con diámetro 41 mm: ¡un gran tamaño para la época! Lo bastante grande, en cualquier caso, para asegurar que fuese fácil leer la información que proporcionaba la esfera. La legibilidad se reforzaba mediante dígitos arábigos de grandes dimensiones con radio en su interior, que contrastaban claramente con la esfera negra.
Y en cuanto al nombre... ¿Qué habría podido sonar más evocador que Navitimer, una contracción de navigation y timer?
El Navitimer, una vez presentado finalmente a la AOPA, tuvo un éxito instantáneo entre sus socios.
¿CÓMO DATAR UN NAVITIMER DE LA PRIMERA ÉPOCA?
Durante el periodo en que se manufacturó el Navitimer de la primera época, el total de bolas –los puntitos que rodean el bisel– fue variando desde 125 a principios de la década de 1950 hasta nada más que 93 en 1960. Un detalle no muy relevante, ¡pero muy útil para datar un Navitimer de la primera época!
El Navitimer recién nacido, diseñado para la AOPA, no mostraba en la esfera el nombre ni el logotipo de Breitling, así como tampoco la caja llevaba estampada en el dorso la consabida referencia 806; solo se distribuyó entre socios de la AOPA.
Había que esperar aún unos años hasta que, en torno a 1956, el Navitimer estuvo disponible en el mercado público, con el nombre de Breitling encima de un esbelto logotipo alado, ya sin ninguna referencia a la AOPA, y también en ese momento se le asignó la referencia 806, hoy icónica.
Ante un Navitimer de los primeros tiempos, es fácil determinar si fue vendido a la AOPA fijándose en el logotipo.
Todos los relojes con los logotipos alados de la AOPA y la inscripción AOPA fueron entregas suministradas a la célebre asociación estadounidense, mientras que los estilizados logotipos con alas, pero sin la inscripción, se comercializaron través de la red mundial de distribución de Breitling.
Una de las versiones más emblemática por su diseño, realizada en 1959, fue la empleada en 2019 para la primera reedición histórica de Breitling: el Navitimer Ref. 806 1959 Re-Edition.
Cuando finalizaba ya la década de 1950 y casi todas las aerolíneas más destacadas competían por ofrecer más vuelos transatlánticos, el Navitimer se volvió imprescindible en la cabina de cualquier aeronave y en la muñeca de todos los pilotos cuando atravesaban los océanos, convirtiéndose así Breitling en el «Proveedor oficial de la aviación mundial».
EL NAVITIMER «TWIN-JET»
Cuando disfrutaba aún este éxito que duraba ya una década, el Navitimer fue modernizado a principios de los años 60.
Se cambió la esfera añadiéndole esferas internas blancas en contraste, una nueva estética que había aparecido pocos años atrás en el Superocean de 1957 y que ahora aportaba más modernidad al Navitimer y mejoraba su legibilidad.
Al poco tiempo, el bisel evolucionó desde su diseño de «bolas» al diseño con «dientes», y en torno a 1965 el Navitimer adoptaba el célebre logotipo «twin-jet» con sus dos aeronaves superpuestas, aunque se siguió manufacturando también relojes con el logotipo anterior.
De la mano del nuevo diseño, el «cronógrafo favorito de los aviadores» conquistó también otros ámbitos, convirtiéndose en un icono de estilo impecable en la muñeca de celebridades de la talla del gran músico de jazz Miles Davis o los campeones de Fórmula 1 Jim Clark, Graham Hill y el mismo Jo Siffert.
A partir de ese momento, fuese en aviones, barcos o automóviles, el Navitimer se dejó ver en cualquier parte.
EL PRIMER NAVITIMER AUTOMÁTICO
A finales de la década de 1960, el sector relojero se vio ante un nuevo desafío: el cronógrafo mecánico había dejado de interesar a la nueva generación y sufría la amenaza de los calibres de cuarzo, más baratos.
Para afrontar la tormenta, Breitling acometió, con ambición visionaria, el desarrollo de uno de los primeros calibres automáticos de cronógrafo mecánico. Desarrollado en colaboración con Heuer-Leonidas y Buren-Hamilton, el calibre Chrono-Matic fue lanzado el 3 de marzo de 1969; ofrecía dos relojes en uno: reloj mecánico automático y cronógrafo.
¡Ya no hacía falta elegir entre ambas opciones!
El mismo año, Breitling lleva su visión del diseño aun más allá y aumenta el tamaño del Navitimer con una caja del tamaño nunca visto de 48 mm. Pese a superar con mucho las dimensiones que se encuentran en el mercado hoy, sus asas, muy cortas, permitían llevar el reloj con comodidad y aseguraron su popularidad entre una clientela más joven, urbana y atenta a la moda.
Breitling ofreció dos referencias nuevas: una versión automática equipada con el revolucionario calibre Chrono-Matic (Ref. 1806) y una versión con cuerda manual (Ref. 816). Ambas estaban dotadas con el bisel rotatorio a prueba de agua que se acababa de patentar.
Al tiempo seguía manufacturándose el clásico modelo de éxito Navitimer de 41 mm, al que se añadió una prestación moderna y útil como es la indicación de fecha; dio lugar a dos referencias nuevas: la versión automática (Ref. 8806) y la versión con cuerda manual (Ref. 7806).
En el año 1986 pudo verse la reunión de dos figuras emblemáticas de la época: Serge Gainsbourg, cantante legendario y amante del refinamiento y de la artesanía, se hizo usuario del Navitimer de Breitling (Ref. 81600). Incluso lo complementó con su estilo personal irrepetible, llevándolo en un característico brazalete de carreras confeccionado en platino.
En lo sucesivo, el Navitimer ha sido siempre un pilar del catálogo de Breitling, en el que se combina con los movimientos de la manufactura con más complicados y prestigiosos, entre ellos, el Calibre 01 de la manufactura Breitling en 2010 y un calibre de cronógrafo ratrapante en 2017.
Tras una trayectoria de más de 65 años, el Navitimer es sin la menor duda el Breitling más emblemático jamás manufacturado y sigue siendo hoy para los pilotos el instrumento de muñeca definitivo.