La historia
El icónico cronógrafo de Breitling, apto para viajes espaciales. A principios de la década de 1960, el Navitimer de Breitling, con su regla de circular para hacer cálculos durante el vuelo, se había convertido indiscutiblemente en el reloj de los pilotos. Pero, en la era de la carrera espacial, se estaba llevando a cabo en silencio otra competición, esta vez entre relojeros que competían por ser los primeros en las muñecas de los astronautas. Breitling mostró una vez más sus habilidades en el aire, convirtiéndose oficialmente en el primer cronógrafo de pulsera suizo utilizado en el espacio: corría el 24 de mayo de 1962, cuando Scott Carpenter despegó en la nave Mercury-Atlas 7 llevando puesto el Navitimer Cosmonaute. El reloj, obedeciendo a una petición personal del astronauta, era una variación del icónico Navitimer que incluía una esfera de 24 horas adicional para distinguir en órbita el día y la noche. La Mercury-Atlas 7 dio tres veces la vuelta alrededor de la tierra antes de caer al Atlántico, haciendo historia en la aeronáutica y, también, en la relojería. Nuestro homenaje al Cosmonaute, limitado a 250 unidades, moderniza la estética del original con una esfera verde y caja de oro rojo de 18K. Esta vez, la principal modificación no está destinada a la gravedad cero, sino a la vida cotidiana: un movimiento automático de cronógrafo, el calibre B12 de manufactura de Breitling. Como tributo adicional, el dorso de la caja lleva grabada la fecha de la misión de Carpenter, la limitación de la serie a 250 ejemplares y la frase en inglés «First Swiss wristwatch in space» (Primer reloj de pulsera suizo en el espacio).