La historia
Un rendimiento superior para todas tus actividades acuáticas. En la década de 1960, el submarinismo se puso de moda; era un deporte nuevo. Para los buceadores, el tiempo lo es todo, y Breitling se propuso ofrecerles el reloj de buceo más claro posible, eliminando cualquier característica que no sirviera para salvar la vida bajo el agua. Este reloj simplificado recibió el nombre de Superocean Slow Motion. El modelo conservaba sus líneas limpias, los fornidos índices luminiscentes, las agujas cuadradas y el anillo de la esfera de alto contraste, todo ello orientado a ofrecer la máxima legibilidad. Práctico, sí. Pero lo que realmente enamoró a todo el mundo fue su aspecto. El Superocean Automatic 46 Super Diver retoma los célebres códigos de diseño del Slow Motion, al tiempo que añade elementos modernos, como un bisel con incrustaciones de cerámica mate a prueba de arañazos y esferas de camuflaje. Sus amplias agujas e índices en Super-LumiNova® luminiscente permiten una fácil legibilidad bajo el agua. El reloj tiene una hermeticidad al agua de hasta 1000 m (3300 pies), y es resistente a choques, arena y agua salada. Este reloj esconde más sorpresas de las que se perciben a simple vista: su caja interna de hierro dulce lo protege contra los efectos de campos magnéticos, mientras que su bisel giratorio bidireccional puede asegurarse mediante un bloqueo ubicado en el lado izquierdo de la caja. Las dos opciones de correa (caucho o brazalete de titanio) llevan un cierre mariposa que permite microajustes de hasta 15 mm para facilitar el uso por encima de ropa acuática y trajes de neopreno. Lo mejor de todo es que ya no es estrictamente un reloj de buceo: con él puedes hacer surf, nadar e ir al chiringuito de la playa, y luego llevarlo para cenar. El Superocean equilibra a la perfección la nostalgia de su herencia con un aspecto nuevo y fresco.