El brazalete
Los brazaletes metálicos Breitling se caracterizan por su robustez a toda prueba, su confort en la muñeca, su diseño exclusivo y sus acabados de alta calidad. Para que éstos puedan soportar las fuerzas de tracción y torsión a que se someten a diario, Breitling ha desarrollado métodos de producción y tecnologías muy específicas.
Los diversos tipos de eslabones son cortados, perforados y perfilados a partir de barras metálicas de cuatro metros de largo por medio de una máquina de mando numérico. A continuación son cuidadosamente pulidos a mano, ‒única garantía de obtener unos acabados de alta calidad‒ antes de ser ensamblados, igualmente a mano, y luego pulidos de nuevo. Los eslabones y las varillas de sujeción se sueldan mediante fusión (sin aporte de material exterior) a una temperatura de 3.400°C, lo que otorga al brazalete una excepcional dureza.
Todos los brazaletes van dotados de cierres estampados y terminales macizos, lo que contribuye a reforzar su solidez excepcional. Tras un riguroso control estético se colocan el cierre y los terminales en las dos bridas del brazalete.